Desde la Secretaría de Educación de Jóvenes y Adultos de AGMER Paraná se elevó una nómina de instructores a nivel provincial que no han percibido sus salarios del mes de febrero por el trabajo desarrollado en Centros Comunitarios. A esta dramática situación se suma la incertidumbre sobre la continuidad de los talleres y la falta de comunicación con los coordinadores departamentales.
Los Centros Comunitarios de Jóvenes y Adultos reciben año a año diversidad de estudiantes para capacitarse en los más variados oficios. Más de 700 instructores capacitadores en toda la provincia aguardan respuestas sobre la continuidad de los talleres. Hasta el día de ayer no habían tenido comunicación con los coordinadores departamentales. Tampoco la certeza de percibir sus haberes en tiempo y forma, lo que acarrea una gran incertidumbre y angustia a este grupo de trabajadores.

Este martes 5 de marzo, se concretó una reunión con los vocales (políticos y gremial) en el CGE, donde participamos como Seccional junto a representantes y delegados de estos centros. Allí se planteó la importancia de la formación en oficios para los jóvenes y adultos que eligen esta modalidad educativa, sus posibilidades laborales y de realización personal y profesional. Se expresó también la urgencia de una respuesta ante la falta de pago de sus salarios y la continuidad laboral.

Desde la vocalía política se garantizó la apertura de los canales de comunicación con los coordinadores recientemente designados, y la información pertinente sobre las convocatorias a concursos por proyecto de cada uno de los talleres.

La vocal gremial, Susana Cogno, manifestó en dicha reunión el compromiso, como representante de las y los trabajadores de la educación, de velar por el resguardo laboral de cada uno de los compañeros que se vienen desempeñando en los diferentes espacios, algunos de los cuales están a pocos meses de obtener su jubilación.

Historias y oportunidades detrás de cada centro
Los Centros Comunitarios de Jóvenes y Adultos funcionan diseminados en toda la provincia, ofreciendo un abanico de opciones de capacitación que abarcan desde cerámica, tejido, modisto hasta idiomas, informática, pasando por peluquería, oficios. No solo ofrecen a los jóvenes y adultos de la comunidad una oportunidad de formarse y tener una salida laboral, sino también permiten una vinculación con el barrio y otras instituciones. Cada taller es un espacio de crecimiento personal y de construcción de un presente y un futuro diferente para quienes, en muchos casos, viven en contextos vulnerables.

Las y los capacitadores conocen estas realidades desde hace años, en algunos casos han sido gestores del centro mismo. Y, además de desarrollar sus talleres, sostienen con su trabajo y esfuerzo los lugares donde funcionan para dejar los espacios en condiciones.

Por todo esto, acompañamos su reclamo y esperamos que la situación se resuelva favorablemente para estos compañeros y compañeras.

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