El exgobernador Sergio Urribarri cruzó al exministro macrista, y cargó contra un sector del Poder Judicial. “Se buscó una condena social”, advirtió.
En el extenso testimonio de alrededor de dos horas, el dos veces gobernador de Entre Ríos Sergio Urribarri realizó una encendida defensa de su gestión de gobierno y planteó que ninguno de los hechos investigados en los últimos seis años “se realizaron violando ninguna ley”. Su declaración como imputado cerró la etapa de testimoniales del megajuicio, que además de Urribarri tiene en el banquillo de acusados a dos de sus exministros, de Cultura y Comunicación Pedro Báez, y de Turismo Hugo Marsó. Urribarri hizo una cronología de sus sendos mandatos en el Poder Ejecutivo y en varios tramos de su relato cruzó con dureza a sectores políticos opositores y a funcionarios judiciales. El actual embajador argentino en Israel y Chipre denunció supuestas irregularidades en la investigación preliminar por parte de jueces de garantías y de los fiscales que actuaron en determinadas instancias. Y desaprobó el compendio de los presuntos delitos por los cuales se lo llevó a juicio: “Estamos sentados aquí por carteles en las rutas, algunos de los cuales terminaron como casillas, por cuatro spots publicitarios, por una solicitada y por un parador playero. Y hablan de megajuicio, de megacausa, como una forma sutil que busca instalar una condena social. Por Dios, y me pregunto, ¿cómo se referirán a las causas terribles si a esto le llaman megajuicio? Aunque a decir verdad a nadie le sorprenden estas cosas. Todos los días se va develando esa operatoria de persecución, de desgaste y de estigmatización de políticos”, dijo a través del sistema de videoconferencia.
En otro momento, Urribarri identificó con nombre y apellido al armado de una operación en su contra, pergeñada por representantes de la política, del Poder Judicial y de los medios de comunicación. Y relacionó esta práctica en Entre Ríos con las mesas judiciales y las maniobras de espionaje ilegal detectadas en la gestión del expresidente Mauricio Macri. “La provincia no fue ajena a esa realidad; fui blanco de esa operatoria y todo lo que molestaba a la construcción del poder macrista en algunos lugares del país era atacado por ese tridente. Su pata política en Entre Ríos es el señor Rogelio Frigerio, el señor del espionaje ilegal, del teléfono encriptado, que operó en forma agazapada del tiempo en que era ministro. Siempre tuvo intereses en la provincia y sabemos cómo se fue gestado su desembarco desde 2011 en connivencia con algunos personajes del peronismo”, fustigó el diplomático.
Urribarri calificó al actual diputado nacional como “un forastero cuyo plan A es seguir haciendo política en Buenos Aires, donde tiene su domicilio fiscal y su domicilio real. Y su plan B es desembarcar en la provincia. La única forma de generar condiciones favorables para competir políticamente era sacando del juego a ciertos referentes políticos de la provincia, y no solo del peronismo. Era, soy y seré uno de sus principales obstáculos. Es un secreto a voces del anclaje de Frigerio en un sector del Poder Judicial, a través de colaboradores e intermediarios. Se ha conocido más de una foto de él con cónyuges del Ministerio Público Fiscal”.
Según el exgobernador, como parte de ese plan se buscó “el disciplinamiento de la dirigencia política, asestando golpes contra determinados dirigentes”. En ese marco recordó las denuncias contra Frigerio en su etapa de ministro macrista por supuestas maniobras de espionaje ilegal e incluso el imputado sostuvo haber sido víctima de esas operaciones: “No sólo manipulaban y filtraban información a un medio de comunicación. En más de una oportunidad, estando en la sala del aeropuerto de Paraná o del aeropuerto de Ezeiza, me sacaban fotos a mí y a mis hijos. Y antes de que partiera el vuelo esas fotos ya estaban publicadas en un medio digital. Me pregunto de quién dependía Migraciones en esos años”.
Otros apuntados
En la continuidad de su monólogo el dirigente cargó contra el periodista Daniel Enz, director del semanario Análisis de la Actualidad de Paraná. En primer lugar, lo vinculó a Frigerio y sostuvo que tiene algo personal contra él. En ese marco mencionó que lo ensució con mentiras de todo tipo sobre él y su familia. “Mi familia ha tenido que soportar inmundicias proferidas por este vocero del tridente”. Al valorar la actuación del Ministerio Público Fiscal señaló que “violaron la normativa constitucional”, mientras que sobre el desempeño de algunos jueces de Garantías dijo: “Violaron garantías constitucionales”.
“Se hicieron allanamientos sin testigos presentes durante todo el procedimiento; hubo allanamientos que estuvieron a cargo de delegados judiciales, cuya función es una verdadera incógnita. Hubo actos probatorios que se realizaron sin el control de nuestros abogados defensores, violando así el derecho de defensa”, advirtió. En otro pasaje se refirió a las declaraciones periodísticas de la procuradora adjunta, Cecilia Goyeneche, quien responsabilizó al urribarrismo por la apertura del jury abierto en su contra. “Goyeneche me señala como su adversario y el culpable de su situación laboral. Me pregunto si es realmente objetiva, si es imparcial en su desempeño respecto de este juicio. Para nada lo es”, afirmó.
Aguilera: “Construyeron un relato jurídico-mediático”
En primer turno se escuchó la testimonial de Juan Pablo Aguilera, imputado en los legajos denominados “imprentas” y “parador playero”. En su defensa el Senado provincial planteó que “ha construido un relato jurídico y mediático. Por eso es momento de aclarar, ya que toda la vida me dediqué a la actividad política”.
El cuñado de Urribarri se explayó sobre su trayectoria en el campo de la política, en diferentes funciones y hasta su designación como jefe de las diferentes campañas proselitistas del peronismo. Sobre su relación con Emiliano Giacopuzzi y Maximiliano Sena sostuvo: “Son mis amigos. Han sido desvalorizados, tratándolos de prestanombres, es un insulto para ellos y para mi inteligencia. Siempre estuvieron vinculados a la actividad gráfica, comenzaron a trabajar en Paraná y luego se incorporan mi mujer y mi cuñado (Luciana y Alejandro Almada)”.
Además negó que haya realizado gestiones en favor de sus familiares y amigos para agilizar el trámite de expedientes o algún pago de alguna publicidad. Y alegó al respecto: “No me podía exponer, si me ocupaba de gestionar cuestiones privadas o de familia. Era faltarle el respeto a Urribarri. Había una asimetría muy grande entre mi actividad y los servicios que prestaban esas empresas”.
Ante la consulta de su abogado defensor, Marcos Rodríguez Allende, rechazó la posibilidad de haber sido gerente general de alguna de las empresas investigadas.
En cuanto al legado del parador en Mar del Plata, Aguilera negó haberse interesado en la licitación de esa cuestión, y afirmó que su relación con el empresario Gerardo Caruso se limitó a la conformación del programa Fútbol para Todos.
Fuente unoentrerios.com.ar